MELHORES MÚSICAS / MAIS TOCADAS
joaquin sabina - ataque de tos
Tendrías que haber visto el careto
angelical de un servidor
el dia de mi primera comunión.
Disfrazado de contraalmirante
y repeinado el pelo con fijador
no veas como era el cante
que iba dando yo.
Cuando el párroco se inclinó
hacia mí temblé de emoción;
iba a llegar
a mis labios el dulce manjar.
Pero no
pude recibir el sacramento,
me lo impidió un violento
ataque de tos.
Dieciseis veranos después
me ví de pingüino ante el altar otra vez
decidido a casarme, por fin, con Mari Cruz.
Al sonar la marcha nupcial
a mi pobre suegra le dio por llorar,
me hizo un guiño la novia
bajo el velo de tul.
?¿Quieres -Dijo Fray Bernabé-
por esposa a esta mujer??
Raudo y feliz
iba yo a responder que sí.
Pero no
pude consumar el casamiento,
me lo impidió un violento
ataque de tos.
Cuando la parentela que nunca me tragó
supo que me moría
alrededor del lecho de dolor
velaron noche y día;
pero no soy tan tonto para no advertir
que al calorcillo de la herencia
se reconcilian Abel y Cain
y el tajo pasa por Valencia.
La bruja de mi nuera ?papa,
-me dijo- le conviene testar,
póngase usted
gafas, le traigo pluma y papel?.
Pero no
conseguí firmar el testamento
porque me mató un violento
ataque de tos.
Pero no
pude recibir el sacramento,
me lo impidió un violento
ataque de tos.
Pero no
pude consumar el casamiento,
me lo impidió un violento
ataque de tos.
Pero no
conseguí firmar el testamento
porque me mató un violento
ataque de tos.
joaquin sabina - 19 días y 500 noches
Lo nuestro duró
lo que duran dos peces de hielo
en un güisqui on the rocks,
en vez de fingir,
o, estrellarme una copa de celos,
le dio por reír.
De pronto me vi,
como un perro de nadie,
ladrando, a las puertas del cielo.
Me dejó un neceser con agravios,
la miel en los labios
y escarcha en el pelo.
Tenían razón
mis amantes
en eso de que, antes,
el malo era yo,
con una excepción:
esta vez,
yo quería quererla querer
y ella no.
Así que se fue,
me dejó el corazón
en los huesos
y yo de rodillas.
Desde el taxi,
y, haciendo un exceso,
me tiró dos besos...
uno por mejilla.
Y regresé
a la maldición
del cajón sin su ropa,
a la perdición
de los bares de copas,
a las cenicientas
de saldo y esquina,
y, por esas ventas
del fino Laina,
pagando las cuentas
de gente sin alma
que pierde la calma
con la cocaína,
volviéndome loco,
derrochando
la bolsa y la vida
la fui, poco a poco,
dando por perdida.
Y eso que yo,
paro no agobiar con
flores a María,
para no asediarla
con mi antología
de sábanas frías
y alcobas vacías,
para no comprarla
con bisutería,
ni ser el fantoche
que va, en romería,
con la cofradía
del Santo Reproche,
tanto la quería,
que, tardé, en aprender
a olvidarla, diecinueve días
y quinientas noches.
Dijo hola y adiós,
y, el portazo, sonó
como un signo de interrogación,
sospecho que, así,
se vengaba, a través del olvido,
Cupido de mi.
No pido perdón,
¿para qué? si me va a perdonar
porque ya no le importa...
siempre tuvo la frente muy alta,
la lengua muy larga
y la falda muy corta.
Me abandonó,
como se abandonan
los zapatos viejos,
destrozó el cristal
de mis gafas de lejos,
sacó del espejo
su vivo retrato,
y, fui, tan torero,
por los callejones
del juego y el vino,
que, ayer, el portero,
me echó del casino
de Torrelodones.
Qué pena tan grande,
negaría el Santo Sacramento,
en el mismo momento
que ella me lo mande.
Y eso que yo,
paro no agobiar con
flores a María,
para no asediarla
con mi antología
de sábanas frías
y alcobas vacías,
para no comprarla
con bisutería,
ni ser el fantoche
que va, en romería,
con la cofradía
del Santo Reproche,
tanto la quería,
que, tardé, en aprender
a olvidarla, diecinueve días
y quinientas noches.
Y regresé...etc.
joaquin sabina - 1968
Aquel año mayo duró doce meses
tú y yo acabábamos de nacer
y un señor muy serio moría del disgusto
en la primera página del ABC
los claveles mordían a los magistrados
París era un barrio con acordeón
Marx prohibió a sus hijos que llegaran tarde
a la dulce hoguera de la insurrección
la poesía salió a la calle
reconocimos nuestros rostros
supimos que todo es posible
en 1968
Jean Paul Sartre y Dylan cantaban a dúo
jugaban al corro Lenin y Rambo
los relojes marcaban 40 de fiebre
se hablaba de sexo en la empresa Renault
dos y dos ya nunca más sumaron 4
sufrió mal de amores hasta Degault
en medio de Praga crecían amapolas
como un reto rojo al gris hormigón
la poesía salió a la calle
reconocimos nuestros rostros
supimos que todo es posible
en 1968
Pero no pudimos reinventar la historia
mascaba la muerte chicle en el Vietnam
pisaban los tanques las flores de Praga
En México lindo tiraban a dar
mientras Che cavaba su tumba en Bolivia
cantaba Masiel en Eurovisión
y mi padre llegaba puntual al trabajo
con el cuello blanco y el traje marrón
si ahora encuentro aquel amigo
leo en el fondo de sus ojos
que ya se secaron las flores
de 1968.
Los cuadros hicieron huelga en los museos
París era rojo, San Francisco azul
un vagabundo fue elegido alcalde
y la Sorbona estaba en Catmandú
sobreviva imbécil! es el rock o la muerte
beba coca-cola, cante esta canción
que la primavera va ha durar muy poco
que mañana es lunes y anoche llovió.
si ahora encuentro aquel amigo
leo en el fondo de sus ojos
que ya se secaron las flores
de 1968.
joaquin sabina - 40 orccet terrace
Me levanto, bostezo, vivo, almuerzo,
me lavo, silbo , invento, disimulo,
salgo a la calle, fumo, estoy contento,
busco piso, hago gárgaras, calculo,
me emborracho, trasnocho, llego tarde,
duermo de lado, hablo conmigo, lloro,
leo un libro, envejezco, voy al baile,
sudo tinta, suspiro, me enamoro,
llueve, me abrazan, no doy pie con bola,
anochece, me compro una camisa,
este verso no pega ni con cola,
de consejos me rasco, tengo prisa.
Tengo granos, discuto, me equivoco,
busco a tientas, no encuentro, me fatigo,
me olvido de quien soy, me vuelvo loco,
hace frío, amanece, sumo y sigo,
escupo, voy al cine, me cabreo,
escribo, me suicido, resucito,
afirmo, niego, grito, dudo, creo,
odio, amo, acaricio, necesito,
te recuerdo, te busco, te maldigo,
digo tu nombre a voces, no te veo,
te amo, ya no se lo que me digo
te deseo, te deseo, te deseo,
te deseo..
joaquin sabina - 69 punto g
En la 69 punto G
tiene el corazón una oficina
donde don Nadie gana al ajedrez
y los adivinos adivinan
y los aladinos aladinan
y de propina,
imagínate.
Seremos tu cordón umbilical,
tu confesionario, tu pomada.
Ponte los cascos en la oscuridad
si te da la espalda la almohada,
busca la frecuencia modulada
una coartada
para alunizar.
Ven a la 69 punto G
cuando te canses de crecer
y los sueños tarden en venir,
que un Debussy
crepuscular
toca en el dial
la seguidilla de Buñuel,
déjanos jugar
contigo al escondite inglés
en la
69 punto G.
Las epidemia fueron anteayer,
las arrugas son de plastilina.
En la academia del amanecer
da clases de morbo Mesalina
y, en una pecera con espinas,
flotan las ruinas
de los cabarés.
Ven a la 69 punto G
cuando te canses de crecer
y los sueños tarden en venir,
que un B.B. King
sentimental
toca en el dial
la sonatina de Rubén,
déjanos jugar
contigo al escondite inglés
en la
69 punto G.
Toca en el dial
la polonesa de Chopin,
vamos a soplar
la ralla del amanecer
en la
69 punto G
joaquin sabina - a la orilla de la chimenea
Puedo ponerme cursi y decir que tus labios
me saben igual que los labios que beso en mis sueños,
puedo ponerme triste y decir que me basta
con ser tu enemigo, tu todo, tu esclavo, tu fiebre tu dueño
y si quieres también puedo ser tu estación y tu tren,
tu mal y tu bien, tu pan y tu vino, tu pecado tu Dios tuasesino,
o tal vez esa sombra que se tumba a tu lado en la alfombra
a la orilla de la chimenea a esperar que suba la marea.
Puedo ponerme humilde y decir que no soy el mejor
que me falta algo para atarte a mi cama,
puedo ponerme digno y decir toma mi dirección
cuando te hartes de amores baratos, de un rato me llamas
y si quieres también puedo ser tu trapecio y tu red,
tu adiós y tu ven, tu manta y tu frío, tu resaca, tu lunes, tuhastío,
o tal vez esa sombra que se tumba a tu lado en la alfombra
a la orilla de la chimenea a esperar que suba la marea.
O tal vez ese viento que te arranca del aburrimiento
y te deja abrazada a una duda, en mitad de la calle y desnuda.
O tal vez esa sombra que se tumba a tu lado en la alfombra
a la orilla de la chimenea a esperar...
joaquin sabina - a la sombre de un leon
Llegó
Con su espada de madera
Y zapatos de payaso
A comerse la ciudad.
Compró
Suerte en doña manolita
Y al pasar por la cibeles
Quiso sacarla a bailar
Un vals
Como dos enamorados
Y dormirse acurrucados
A la sombra de un león.
'¿qué tal?
Estoy solo y sin marido
Gracias por haber venido
A abrigarme el corazón.'
Ayer
A la hora de la cena
Descubrieron que faltaba
El interno dieciséis.
Tal vez
Disfrazado de enfermero
Se escapó de ciempozuelos
Con su capirote de papel.
A su estatua preferida
Un anillo de pedida
Le robó en el corte inglés.
Con él
En el dedo al día siguiente
Vi a la novia del agente
Que lo vino a detener.
Cayó
Como un pájaro del árbol
Cuando sus labios del mármol
Le obligaron a soltar.
Quedó
Un taxista que pasaba
Mudo al ver como empezaba
La cibeles a llorar
Y chocó contra el banco central.
joaquin sabina - a mis cuarenta y diez
A mis cuarenta y diez,
cuarenta y nueve dicen que aparento,
más antes que después,
he de enfrentarme al delicado momento
de empezar a pensar
en recogerme, de sentar la cabeza,
de resignarme a dictar testamento
(perdón por la tristeza).
Para que mis allegados, condenados
a un ingrato futuro,
no sufran lo que he sufrido, he decidido
no dejarles ni un duro,
sólo derechos de amor,
un siete en el corazón y un mar de dudas,
a condición de que no
los malvendan, en el rastro, mis viudas.
Y, cuando, a mi Rocio,
le escueza el alma y pase la varicela,
y, un rojo escalofrío,
marque la edad del pavo de mi Carmela,
tendrán un mal ejemplo, un hulla hop
y un D'Artacán que les ladre,
por cada beso que les regateó
el fanfarrón de su padre.
Pero sin prisas, que, a las misas
de réquiem, nunca fui aficionado,
que, el traje de madera, que estrenaré,
no está siquiera plantado,
que, el cura, que ha de darme la extremaunción,
no es todavía monaguillo,
que, para ser comercial, a esta canción
le falta un buen estribillo.
Desde que salgo con la pálida dama
ando más muerto que vivo,
pero dormir el sueño eterno en su cama
me parece excesivo,
y, eso que nunca he renunciado a buscar,
en unos labios abiertos,
dicen que hay besos de esos que, te los dan,
y resucitan a un muerto.
Y, si a mi tumba, os acercáis de visita,
el día de mi cumpleaños,
y no os atiendo, esperádme, en la salita,
hasta que vuelva del baño.
¿A quién le puede importar,
después de muerto, que uno tenga sus vicios...?
el día del juicio final
puede que Dios sea mi abogado de oficio.
Pero sin prisas, que, a las misas
de réquiem, nunca fui aficionado,
que, el traje de madera, que estrenaré,
no está siquiera plantado,
que, el cura, que ha de darme la extremaunción,
no es todavía monaguillo,
que, para ser comercial, a esta canción
le falta un buen estribillo.
joaquin sabina - a ti que te lo haces
A ti que te lo haces
de baile de disfraces cada día,
a ti que te lo montas
de niña tonta en medio de una orgía,
a ti que me has ganado
con un naipe marcado la partida,
a ti que te has colado
en el coto privado de mi vida.
A ti que aun no sabes
los besos que te caben en la boca,
a ti que has comprendido
que a veces el olvido se equivoca,
a ti que has preferido
vivir como si nada fuera eterno,
a ti que que has compartido
conmigo una almohada en el infierno.
A ti que has decidido no prestar atención
a frases del tipo Â?ese menda va ser tu ruinaÂ?.
A ti que has detenido con un beso el reloj,
a ti que me enfermas,
a ti que eres mi envenenada medicina.
A ti que vas deprisa
por miedo a que la risa se marchite,
a ti que te diviertes
jugando con la muerte al escondite,
a ti que has levantado
el árbol de tu nido en el tejado,
a ti que has dirigido
la fleha de Cupido a mi costado.
A ti que has decidido no prestar atención
a frases del tipo Â?ese menda va ser tu ruinaÂ?.
A ti que has detenido con un beso el reloj,
a ti que me enfermas,
a ti que eres mi envenenada medicina
joaquin sabina - a vuelta de corre
Caballero en edad de merecer,
Con un pelo de tonto, cuatro canas,
El pasado resuelto y muchas ganas
Ya sabe usted de qué.
Informal, ilustrado, manejable,
Más amigo de gatas que de perros,
Con dos úlceras y una inexplicable
Mala salud de hierro,
Solicita, con fines poco serios,
Señora aficionada al adulterio,
O señorita, entre quince y cuarenta,
Si no los aparenta.
Las cartas a república española,
Hoy avenida juan carlos primero,
Con foto que prefiero
De cuerpo entero y sola,
A vuelta de correo irá la mía,
Con traje gris y más chulo que en un ocho
Porque la tengo, cómo le diría,
Más larga que pinocho.
Se aceptan feministas sin pancarta,
Cursis enamoradas del amor
O pesimistas hartas de estar hartas
De decirme que no.
Igual me da mujer de mala nota
Que especialista en borges y lacán,
Si no vienen tocándome con juan
Salvador las pelotas.
Dispuesto a todo, incluso a defraudarte,
Alérgico al deporte y al reloj,
Con un precoz talento para el arte
De la eyaculación.
Las cartas a calle melancolía,
Hoy travesía álvarez del manzano,
Con dos fotografías
Del último verano,
A vuelta de correo irá la mía,
Donde, aunque flaco y pálido, destaco
Por tenerla más larga todavía
Que un lunes sin tabaco.
Anímense monjitas de clausura,
Absténganse fanáticas y abstemias,
La pasión con controles de alcoholemia
No me la pone dura.
Podrán buscarse amantes de ocasión
Cuando la decadencia lo aconseje,
Que traigan referencias y se dejen
Ganar al dominó.
A las interesadas aseguro
Máxima indiscreción, ninguna prisa,
Buena conversación, besos con risas
Y noches sin futuro.
Cartas al bulevar del malvivir,
También llamado de los sueños rotos,
Adjunte un par de fotos
De frente y de perfil,
A vuelta de correo irá la mía,
Con pose de poeta parnasiano,
Urfano de tenerla todavía
Más larga que cyrano?
De bergerac.
joaquin sabina - adivina adivinanza
Mil años tardó en morirse,
pero por fin la palmó.
Los muertos del cementerio
están de Fiesta Mayor.
Seguro que está en el Cielo
a la derecha de Dios.
Adivina, adivinanza,
escuchen con atención.
A su entierro de paisano
asistió Napoleón, Torquemada,
y el caballo del Cid Campeador;
Millán Astray, Viriato,
Tejero y Milans del Bosch,
el coño de la Bernarda,
y un dentista de León;
y Celia Gámez, Manolete,
San Isidro Labrador,
y el soldado desconocido
a quien nadie conoció.
Santa Teresa iba dando
su brazo incorrupto a Don Pelayo
que no podía resistir el mal olor.
El marqués de Villaverde
iba muy elegantón,
con uniforme de gala
de la Santa Inquisición.
Don Juan March enciende puros
con billetes de millón,
y el niño Jesús de Praga
de primera comunión.
Mil quinientas doce monjas
pidiendo con devoción
al Papa santo de Roma
pronta canonización.
Y un pantano inaugurado
de los del plan Badajoz.
Y el Ku-Klus-klan que no vino
pero mandó una adhesión.
y Rita la cantora,
y don Cristóbal Colón,
y una teta disecada
de Agustina de Aragón.
La tuna compostelana
cerraba la procesión
cantando a diez voces
clavelitos de mi corazón.
San José María Pemán
unos versos recitó,
servía Perico Chicote
copas de vino español.
Para asistir al entierro
Carrero resucitó
y, otra vez, tras los responsos,
al cielo en coche ascendió.
Ese día en el infierno
hubo gran agitación,
muertos de asco y fusilados
bailaban de sol a sol.
Siete días con siete noches
duró la celebración,
en leguas a la redonda
el champán se terminó.
Combatientes de Brunete,
braceros de Castellón,
los del exilio de fuera
y los del exilio interior
celebraban la victoria
que la historia les robó.
Más que alegría, la suya
era desesperación.
Como ya habrá adivinado,
la señora y el señor,
los apellidos del muerto
a quien me refiero yo,
pues colorín colorado,
igualito que empezó,
adivina, adivinanza,
se termina mi canción,
se termina mi canción.
joaquin sabina - água pasada
Lo peor del amor cuando termina
son las habitaciones ventiladas,
el solo de pijamas con sordina,
la adrenalina en camas separadas.
Lo malo del después son los despojos
que embalsaman los pájaros del sueño,
los móviles que insultan con los ojos,
el sistole sin diástole ni dueño.
Lo atroz es no querer saber quién eres,
agua pasada, tierra quemada,
que de igual esperarte o que me esperes,
que no seas tú entre todas las mujeres,
que la cuenta está saldada.
Las canciones de amor que no quisiste
andan rodando ya por las aceras,
las tocan las orquestas de los tristes
pa que baile don nadie con cualquiera.
Las maletas que llegan sin tu ropa
giran perdidas por los aeropuertos,
la pasión cuando pasa es una coopa
de sangre desangrada en el mar muerto.
Remendar las virtudes veniales,
condenar a galeras los archivos,
cuando al punto final de los finales
no le siguen dos puntos suspensivos.
Peor es no saber quién quién eres,
agua pasada, tierra quemada,
que de igual esperarte o que me esperes,
que no seas tú entre todas las mujeres,
que la cuenta está saldada.
joaquin sabina - ahora que
Ahora que nos besamos tan despacio,
ahora que aprendo bailes de salón,
ahora que una pensión es un palacio, donde nunca falta espacio
para más de un corazón...
Ahora que las floristas me saludan,
ahora que me doctoro en lencería,
ahora que te desnudo y me desnudas,
y, en la estación de las dudas, muere un tren de cercanías...
Ahora que nos quedamos en la cama,
lunes, martes y fiestas de guardar,
ahora que no me acuerdo del pijama,
ni recorto el crucigrama, ni me mato si te vas.
Ahora que tengo un alma que no tenía.
Ahora que suenan palmas por alegrías.
Ahora que nada es sagrado ni, sobre mojado,llueve todavía.
Ahora que hacemos olas por incordiar.
Ahora que está tan sola la soledad.
Ahora que, todos los cuentos, parecen el cuento de nunca empezar.
Ahora que ponnos otra y qué se debe,
ahora que el mundo está recién pintado,
ahora que las tormentas son tan breves
y los duelos no se atreven a dolernos demasiado...
Ahora que está tan lejos el olvido,
ahora que me perfumo cada día,
ahora que, sin saber, hemos sabido
querernos, como es debido, sin querernos todavía...
Ahora que se atropellan las semanas, fugaces, como estrellas de Bagdad,
ahora que, casi siempre, tengo ganas de trepar a tu ventana
y quitarme el antifaz.
Ahora que los sentidos sienten sin miedo.
Ahora que me despido pero me quedo.
Ahora que tocan los ojos, que miran las bocas, que gritan los dedos.
Ahora que no hay vacunas ni letanías.
Ahora que está en la luna la policía.
Ahora que explotan los coches, que sueño de noche, que duermo de día.
Ahora que no te escribo cuando me voy.
Ahora que estoy más vivo de lo que estoy.
Ahora que nada es urgente, que todo es presente, que hay pan para hoy.
Ahora que no te pido lo que me das.
Ahora que no me mido con los demás.
Ahora que, todos los cuentos, parecen el cuento de nunca empezar.
joaquin sabina - amor se llama el juego
Hace demasiados meses
Que mis payasadas no provocan
Tus ganas de reír
No es que ya no me intereses
Pero el tiempo de los besos y el sudor
Es la hora de dormir
Duele verte removiendo
La cajita de cenizas que el placer
Tras de si dejó
Mal y tarde estoy cumpliendo
La palabra que te di cuando juré
Escribirte una canción
Un dios triste y envidioso nos castigó
Por trepar juntos el árbol
Y atracarnos con la flor de la pasión
Por probar, aquel sabor.
El agua apaga el fuego,
Y al ardor los años,
Amor se llama el juego
En el que un par de ciegos
Juegan a hacerse daño
Y cada vez peor
Y cada vez más rotos
Y cada vez más tu
Y cada vez más yo
Sin rastro de nosotros
Ni inocentes ni culpables
Corazones que destroza el temporal
Carnes de cañón
No soy yo, ni tu, ni nadie
Son los dedos miserables que le dan
Cuerda a este reloj
Y no hay lágrimas que valgan para volver
A meternos en el coche
Donde aquella noche en pleno carnaval
Te empecé a desnudar.
El agua apaga el fuego,
Y al ardor los años,
Amor se llama el juego
En el que un par de ciegos
Juegan a hacerse daño
Y cada vez peor
Y cada vez más rotos
Y cada vez más tu
Y cada vez más yo
Sin rastro de nosotros
El agua apaga el fuego,
Y al ardor los años,
Amor se llama el juego
En el que un par de ciegos
Juegan a hacerse daño
Y cada vez peor
Y cada vez más rotos
Y cada vez más tu
Y cada vez más yo
Sin rastro de nosotros
El agua apaga el fuego,
Y al ardor los años,
Amor se llama el juego
En el que un par de ciegos
Juegan a hacerse daño
Y cada vez peor
Y cada vez más rotos
Y cada vez más tu
Y cada vez más yo
Sin rastro de nosotros
joaquin sabina - arenas movedizas
Mañana cuando era tan pequeño
por el Acantilado del Obispo caí
persiguiendo un pájaro sin dueño
y aterricé en un polvorín
de arenas movedizas
bajo un cielo de betún,
caracolas que agonizan
sin decir ni mu.
Cuando el gallo a sueldo de la madrugada,
llegó con su kikirikí,
desperté soñando que viajaba
desnudo con un maletín
de arenas movedizas
bajo un cielo de alquiler,
alfileres que agonizan
antes de nacer.
A mi cita fui pero el horizonte
se había cansado de esperar,
me llamó san Pedro por mi nombre
y no le quise contestar.
Y arenas movedizas
bajo un cielo de almidón,
paquebotes que aterrizan
sin pedir perdón.
Arenas movedizas
bajo un cielo regaliz,
ascensores que agonizan
por la cicatriz.
Cds joaquin sabina á Venda