MELHORES MÚSICAS / MAIS TOCADAS
ángel parra - qué ha pasado con mi vida
¿Qué ha pasado en esta vida?
¿Qué ha pasado con mi suerte?
que hoy día me he encontrado
cara a cara con la muerte.
Algo pasa en estos tiempos,
algo pasa en este invierno.
Yo salgo a buscar el cielo
y me encuentro en el infierno.
¿Quién entiende al ser humano?
Voy en un libro a buscar.
Un día te ofrecen todo,
al otro no te lo dan.
Y cuando no quieres nada
y la puerta está cerrada,
y las líneas tan cruzadas,
¿quién me dará una mirada?
No me gustan los esquemas,
menos la computación.
Empiezo a amar a los libros
y a odiar la televisión.
("Quizás deje mi guitarra,
la cambie por un camión"....
Y así fue pasando el tiempo,
hasta quise comprensión.)
Me sentía un río ancho
para lanchas y navíos.
Alcanzo a ser una acequia
donde viaje un botecito.
¿De qué sirven las palabras
si no escuchan al que habla?
¿De qué sirven posiciones
si esos no son tus valores?
¿De qué sirve tener flores
si no distingues los colores?
¿De qué sirve la confianza
si no va con la esperanza?
Qué vacío me he quedado,
qué vacío más profundo.
Yo buscaba tierra firme
y donde piso me hundo.
Quién tuviera un organillo
y un lorito que dé suerte.
Me iría ciudad abajo
a perderme entre la gente,
a desearles mucha suerte,
¡qué haya vida, no más muerte!
Si es celeste, que no cueste.
ángel parra - qué será de mis hermanos
¿Qué será de mis hermanos
que están lejos de esta tierra?
En esta tarde de agosto
se me enredan en las cuerdas.
¿Qué color tendrán sus noches?
¿Cómo será aquella espera?
¿Cómo serán esas calles
llenas de brumas ajenas?
Yo quisiera partir,
pero nunca dejarlos.
Quisiera ver el rostro
de mi hermano exilado.
¿Qué será de mis hermanos?
¿Tendrán techo, tendrán pan?
Me aflige, solo, el recuerdo.
¿Quién me dice dónde están?
¿Cuánta nostalgia y tristeza
van a juntar en el alma?
¿Habrá tiempo en esta vida
para que encuentren la calma?
ángel parra - a el salvador y nicaragua
Ay, pueblo de El Salvador,
¿por qué te queman a fuego?
¿Por que te dan mil espadas
y nadie te da consuelo?
Quisiera darte mis manos,
quisiera darte mi pecho
y la sangre de mis venas,
se la ofreciera a tu pueblo.
No a la muerte, no...
Mujeres que hacen el pan,
hombres que siembran tu suelo,
sólo metralla reciben
y nadie les da consuelo.
Ay, pueblo de El Salvador,
si ya son tantos tus muertos,
¿Salvador, estás esperando
que alguien baje de los cielos?
Tan chiquito y qué coraje,
el pueblo de Nicaragua
que quebraron al tirano
tanto fue el cántaro al agua.
No tiene miedo a la muerte
el que lucha por la vida.
Más vale morir de pie
que estar vivo y de rodillas.
Así pensaba ese niño
de catorce años cumplidos,
haciendo la barricada
que le servía de nido.
Hoy día por la montaña
con silabario en la mano
otros jóvenes reciben
letras del abecedario.
Ahora llegó el momento
de levantar al caído,
de curarte las heridas,
tierra que tanto has sufrido.
Ahora café y maíz,
ahora algodón y caña,
ahora tu amor, mujer,
tendremos hijos mañana.
ángel parra - abril
Deja que cante para decirte
lo que se siente cerca de ti.
Un calor nuevo quema y da calma
como el mes de abril.
Abres los ojos, beso tu boca,
todo en el aire me dice que sí.
El día es corto, larga la noche,
como el mes de abril.
Escucho y veo, siento y te canto,
porque estás aquí.
Quiero la rosa que hay en tu pecho
para el mes de abril.
Sigo y me sigues por el camino
hasta confundir
tu bella sombra, mi negra sombra,
bajo el sol de abril.
Quiero que el tiempo sea uno solo,
tiempo de amarnos y de fusil.
Y haremos juntos un cuentatiempos
que se llame abril.
ángel parra - allende presidente
¡El pueblo unido jamás será vencido!
Allende, presidente,
te vengo a saludar,
tu presencia está viva
de la montaña al mar.
Eterna en la memoria
de Chile que sufrió
por la rastrera infamia
un general traidor,
cobarde y asesino,
así lo llamo yo.
Allende, presidente,
usted fue la esperanza,
de un mundo de justicia,
sin odios ni venganza.
Allende, compañero,
usted que resistió,
la metralla en la mano,
tenía la razón,
la dignidad era parte
de vuestro corazón.
¿Quién ordenó la muerte,
Kissinger o Nixon?
Consumaron el crimen,
horror y delación,
la CIA, los fascistas,
pagados en Washington.
El pueblo desarmado
no tuvo protección,
cae la noche en Chile,
torturas y prisión.
Allende, combatiente,
maestro presidente,
los hijos de la patria
hoy te dicen ?presente?.
La luz de tu memoria
lealtad, valentía
quedaron en la historia
como una profecía.
La justicia demora
pero al fin llega un día,
presidente chileno,
hermano, compañero,
volvemos a cantar,
contigo venceremos.
¡Córrele, córrele, córrele, córrela,
córrele, corre, que te van a matar!
Bolívar y Zapata,
el Che, los jornaleros,
los pobres de la tierra,
indican el sendero:
Justicia, pan, trabajo,
escuelas para el pueblo.
Mujeres combativas,
ardientes como el fuego
renuevan la confianza,
firmes como el acero.
Treinta años han pasado
vuelves a aparecer,
los traidores se pudren,
se morirán de sed.
Tu imagen se agiganta,
tus ideas también.
El pueblo nunca olvida
a quien lo quiso bien
y escriben en los muros,
vuelves a florecer.
Allende, presidente,
que sirva la ocasión;
denuncio aquí la infamia,
la noche del terror,
de brutos carceleros
que imponen el dolor,
violando la inocencia.
Que le pidan perdón
a la bandera patria,
a Víctor, al amor.
Me despido tranquilo,
amigo Salvador,
vendrán otros momentos
de historia y emoción.
El cuento no termina
cantando esta canción,
seguiremos luchando
con fuerza, con pasión,
semilla que sembraste
por la revolución.
ángel parra - américa del sur
América del Sur va a arder en llamas
si los que todo tienen y no dan nada
no cambian su soberbia y su mirada.
América del Sur va a arder en llamas.
América del Sur, mi tierra amada,
ya escuchaste el mensaje del Che Guevara.
Él señaló el camino de la batalla;
Allende lo cumplió, acto y palabra.
América del Sur, atormentada,
escucha el nuevo canto de la alborada
que traerá justicia, pan y esperanza.
América del Sur, atormentada.
América del Sur, raza tan brava,
las horas del tirano están contadas,
puede no ser hoy día, y no mañana.
América del Sur, raza tan brava.
América del Sur, mi tierra amada,
América del Sur va a arder en llamas.
ángel parra - américa insurrecta
(De ?Canto general? - 1950)
Nuestra tierra, ancha tierra, soledades,
se pobló de rumores, brazos, bocas.
Una callada sílaba iba ardiendo,
congregando la rosa clandestina,
hasta que las praderas trepidaron
cubiertas de metales y galopes.
Fue dura la verdad como un arado.
Rompió la tierra, estableció el deseo,
hundió sus propagandas germinales
y nació en la secreta primavera.
Fue callada su flor, fue rechazada
su reunión de luz, fue combatida
la levadura colectiva, el beso
de las banderas escondidas,
pero surgió rompiendo las paredes,
apartando las cárceles del suelo.
Patria, naciste de los leñadores,
de hijos sin bautizar, de carpinteros,
de los que dieron como un ave extraña
una gota de sangre voladora,
y hoy nacerás de nuevo duramente,
desde donde el traidor y el carcelero
te creen para siempre sumergida.
Hoy nacerás del pueblo como entonces.
Hoy saldrás del carbón y del rocío.
Hoy llegarás a sacudir las puertas
con manos maltratadas, con pedazos
de alma sobreviviente, con racimos
de miradas que no extinguió la muerte,
con herramientas hurañas
armadas bajo los harapos.
ángel parra - amigo soldado hermano
Soldado que tira al cuerpo
y que no siente dolor
no quiero verle la cara
y menos su corazón.
Soldado, mira primero
a quién vas a disparar.
¿Será estudiante u obrero
o un niño que pide pan?
Cuando el pueblo va a la calle
a reclamar por su pan,
amigo, soldado, hermano,
¡no lo vayas a matar!
Soldado, no te comprendo,
cuando vas al abordaje,
tú con rifles y fusiles,
ellos sólo con coraje.
Soldado, nuestros caminos
nunca se han de juntar
mientras tu fusil apunte
al hombre y su dignidad.
ángel parra - aprendiendo a contar
Uno, dos y tres,
pregunta quién es,
cuatro, cinco y seis,
dice que es el rey.
Siete, ocho y nueve,
ábrele si llueve,
diez, once y doce,
parece que tose.
Trece, catorce y quince,
no vaya a morirse,
dieciséis, diecisiete y dieciocho,
el rey del mapocho.
Diecinueve, veinte y veintiuna,
la reina es la luna,
veintidós, veintitrés y veinticuatro,
está haciendo teatro.
Veinticinco, veintiséis y veintisiete,
todavía con chupete,
veintiocho, veintinueve y treinta,
se acabó la cuenta,
veintiocho, veintinueve y treinta,
por ahora, se acabó la cuenta.
ángel parra - atacameño
Indio atacameño, likanantay,
te hablo del desierto,
zupay, zupay.
Dime cómo vives
entre tus llamas
por los secos senderos
del Atacama.
Yo silbo y camino,
despierto y me alegro,
grito y me sonrío,
vengo y pastoreo.
Hijo de las piedras,
sobrino del viento,
el sol es mi taita,
soy atacameño.
Dime lo que compras,
dime lo que vendes,
para dónde vas
y de dónde vienes.
Voy para Bolivia,
vengo de Argentina,
llevo congrio seco,
chuño, sal y harina.
Fruta y algarrobo,
plumas de farina,
ojotas de cuero,
papayas y quinua.
Vuelvo por la puna,
pasto mi coquita,
arreo mis llamas
y bebo mi chicha.
Y si en el camino
me encuentro a una india,
ckockuntur ckiptur,
con una sonrisa
Hijo de las piedras
y del sol ardiente,
vengo de la vida,
voy hacia la muerte.
ángel parra - ausencia
(De ?Tala? - 1938)
Se va de ti mi cuerpo gota a gota.
Se va mi cara en un óleo sordo;
se van mis manos en azogue suelto;
se van mis pies en dos tiempos de polvo.
Se va mi voz, que te hacía campana
cerrada a cuanto no somos nosotros.
Se van mis gestos, que se devanaban,
en lanzaderas, debajo tus ojos.
Se nos va todo, se te va todo,
se nos va todo, todo, todo.
Me voy de ti con tus mismos alientos:
como humedad de tu cuerpo evaporo.
Me voy de ti con vigilia y con sueño,
y en tu recuerdo más fiel ya me borro.
Se nos va todo, se te va todo,
se nos va todo, todo, todo.
Se te va todo, se nos va todo,
se nos va todo, todo, todo.
Sangre sería y me fuese en las palmas
de tu labor y en tu boca de mosto.
Tu entraña fuese y sería quemado
en marchas tuyas que nunca más oigo,
y en tu pasión que retumba en la noche,
como demencia de mares solos.
Se nos va todo, se nos va todo,
se te va todo, todo, todo.
ángel parra - autorretrato
El tiempo que va pasando,
la historia de lo vivido,
aquello que está presente,
todo lo que se ha perdido
me hacen pedir un segundo
para mirar el camino.
Ayer conocí el amor
en tu joven primavera,
luego estaban los dos hijos
con sus sonrisas tan tiernas,
pero el tiempo no perdona
al que entra en esta carrera,
fue tan grande tu silencio,
para mí fue gran condena.
Pero un día, caminando,
por nuestra hermosa Alameda
vi que venían en contra
miles de metrallas negras
que pisoteaban las flores,
que encarcelaban la ciencia,
por recoger un jilguero
fui apresado y con sentencia.
Ahora que estoy de vuelta,
como nacido de nuevo,
ando amando al ser humano,
a la estrella y al lucero,
buscando en ellos la fuerza
para hablar de nuestros pueblos;
es el camino elegido
y por él me voy derecho.
ángel parra - balada
(De ?Desolación? - 1922)
Él pasó con otra;
yo le vi pasar.
Siempre dulce el viento
y el camino en paz.
¡Y estos ojos míseros
le vieron pasar!
Él va amando a otra
por la tierra en flor.
Ha abierto el espino;
pasa una canción.
¡Y él va amando a otra
por la tierra en flor!
Él besó a la otra
a orillas del mar;
resbaló en las olas
la luna de azahar.
¡Y no untó mi sangre
la extensión del mar!
Él irá con otra
por la eternidad.
Habrá cielos dulces.
(Dios quiere callar.)
¡Y él irá con otra
por la eternidad!
ángel parra - canción de amor
Puedes matarme si quieres,
mi amor no lo matarás,
tengo la esperanza puesta
en volverte a conquistar,
que una vez te diste entera,
nunca lo podré olvidar,
amor.
Puedes quitarme el aire
que preciso pa? vivir
pero no podrás quitarme
la fuerza que nació en mí
cuando mujer, cuerpo y alma
me diste en el mes de abril,
amor.
Quítame la cordillera,
quítame también el mar,
pero no podrás quitarme
que te quiera siempre más:
lo que entre dos se ha sembrado
entre dos se ha de cuidar,
amor.
ángel parra - canción de cuna para emiliana y el che
No tengas miedo, Emiliana,
duerme, duerme,
a descansar.
Yo te contaré una historia
que siempre recordarás.
Al comandante Guevara
no le pudieron matar.
El fuego de su mirada
brilla por la eternidad.
Al comandante Guevara
no lo podrán encerrar,
invisible y transparente
y como el aire esencial.
El comandante Guevara
no se cansa de volar.
Hoy va convertido en cóndor
entre cordillera y mar.
El comandante Guevara
no para de trabajar.
Donde la justicia es ciega
ahí lo puedes encontrar.
Al comandante Guevara
alguien lo escuchó cantar
una canción olvidada,
yo te la puedo entonar.
Cds ángel parra á Venda